Hoy solo quiero hacer una reflexión que me apetece compartir con vosotros. Pero en primer lugar enviar un saludo muy efusivo a todos esos pescadores que son victimas de su propio ego. A esas personas que, gracias al dios que a vosotros más os guste, ya quedan pocas.
Cuando yo pesco no me importa decir donde, como, con que señuelo ni a que estilo. Por lo tanto creo que en una conversación cordial y afable entre dos pescadores que se encuentran no tiene porque existir ningún tipo de rivalidad.
Hoy, estando yo lejos, me entero que tras un encuentro hace días, en una zona de pesca en Valencia con unos compañeros de afición, donde para mi solo existió una relajada charla de pesca, otros entendieron que fanfarroneaba sobre mis capturas y se han dedicado a utilizar en público adjetivos hacia mi persona muy despectivos. Sobre esto no tengo nada que comentar, no vale la pena, cada uno piensa lo que quiere. Pero a los demás si os diría algo, ¿acaso no es bonito contar nuestras experiencias? compartir aventuras, descubrimientos, anécdotas... Para mi la comunicación y el intercambio de información es de vital importancia para aprender y para la humanidad en general o alguien nació sabiendo pescar. ¿Como nos iría si nadie nos dijese como se hace? ¿Os imagináis encontrándonos a otros pescadores y que no pudiésemos hablar? que tuviésemos que esconder el señuelo que llevamos para que no nos copien, o dejar de pescar por si el otro nos ve sacando una captura y luego no se va. Imaginaros sin poder comentar al los demás lo que hemos sacado o lo bien que nos lo pasamos, por miedo a que te tachen de exagerado o de mentiroso.
Pues bien, a mi nadie me va a cambiar. Me gusta charlar con los demás pescadores, y veo en la pesca una diversión, una afición, un deporte y una pasión. No un combate o un escenario para rivalizar con el prójimo dejando salir nuestros más básicos instintos pueriles.
Mucha suerte a todos y espero que os divirtáis mucho en vuestras salidas que es de lo que se trata en el fondo.